7 de febrero de 2015

Ser o no ser Charlie, un mes después

A un mes del atentado terrorista en la sede de la revista francesa Charlie Hebdo, el escenario aparece como propicio para desarrollar los debates que hace 30 días fueron censurados y trabados. En este mes que transcurrió, Francia registró 147 actos antimusulmanes (más que en todo 2014) y un crecimiento de la islamofobia en sus distintas expresiones, confirmando la previsible consecuencia de que quienes más “ganarían” con este crimen serían las derechas reaccionarias y xenófobas de toda Europa.



Paradójicamente, un hecho repudiable como el asesinato de 12 personas (el 7 de enero, entre humoristas y policías, sumando más víctimas dos días después) pero que, por sus características y contexto, “abre todos los debates” (Michel Wieworka, sociólogo, AQUÍ); por nuestros pagos replicó en una voz monocorde que fue castigada en cada expresión que se apartara un milímetro de lo que el libreto oficial y hegemónico repetía: “Yo soy Charlie”. Yo soy Charlie, debíamos decir, escribir, difundir y repetir todos en un coro que no admitía desafinaciones ni interrupciones.