En pocos días, se sucedieron tres ejemplos complementarios de la telaraña en la que tantos medios masivos de ¿comunicación? / difusión en Argentina han entrado desde hace unos años. Si bien nunca existieron ni existirán las empresas periodísticas (públicas o privadas) que se puedan presentar como neutrales y liberadas de toda parcialidad; el bochorno al que estamos asistiendo no deja (por reiterado) de ser sorprendente.