TP N°1: Los medios de comunicación y la escuela secundaria - por Martín Tactagi

A continuación, publicamos el TP Nº1 presentado por el estudiante Martín Tactagi. Con este trabajo se busca dar cuenta de las problemáticas que, a modo introductorio al desarrollo del programa, cada uno identifica como más relevantes o interesantes en su propia formación. Un trabajo reflexivo, crítico y enmarcado en el contexto actual y los debates que sobre el tema presenta.

TP N°1: Los medios de comunicación y la escuela secundaria Alumno: Martín Tactagi 

Fecha de entrega: 2/09/2013



Los medios de comunicación y la escuela secundaria
“Nunca tantos habían sido incomunicados por tan pocos” Eduardo Galeano.

Pensar la escuela secundaria desde los medios, en principio, no es una tarea sencilla. Son varios los interrogantes que emergen cuando uno  se enfrenta a la complejidad de abordarla. ¿De qué escuela estamos hablando? ¿Se trata de una secundaria del centro o de barrios periféricos? Este primer problema nos enfrenta a la heterogeneidad del que está compuesto el sistema educativo, producto de las diferencias existentes en nuestra propia sociedad. Para pensar dos ejemplos claros, la distancia abismal que existe entre la Escuela Normal y la del Gaucho Rivero, pone de manifiesto la misma diferencia que existe entre vivir en una vivienda con las necesidades básicas satisfechas, y en la que las necesidades son contestadas desde la carencia. En consecuencia, el acceso a los medios de comunicación, será diferente.

Por otro lado ¿qué entendemos por medios de comunicación en la escuela secundaria?. Estamos de acuerdo en pensar la tv, la radio, el cine, los diarios, como medios tradicionales pero internet ha abierto un nuevo panorama, y nuevos modos de leer el mundo. Las páginas web cuyo objetivo es el de “informar”, o el de difundir al decir de Mario Kaplún, mantienen la tendencia (con las renovaciones del caso) de las fuentes tradicionales. Pero algo distinto ocurre con espacios como el Facebook, cuya masividad ha superado a las páginas de noticias, y dónde el propietario no sólo lee la noticia sino que además tiene la posibilidad de incorporar comentarios. Es decir que nos encontramos ante nuevas tecnologías que han cambiado la forma de receptar las noticias.    

A su vez, esto debemos pensarlo a partir de la interacción con los estudiantes, porque tener en claro qué leen los estudiantes cuándo leen y cómo lo leen, es una tarea que nos debemos dar para evitar los estereotipos que se proponen justamente desde los grandes medios de difusión.

Estos interrogantes son válidos en la medida que, en efecto, queramos involucrarnos en una tarea harto justificada, como es la de abrir la discusión sobre los medios en la escuela. En este sentido, los debates que se han puesto de manifiesto entre los medios “oficialistas” y los medios “opositores” apropósito de la “ley de medios”, ha atravesado la sociedad. Y si a esto le sumamos que el trabajo que se han dado desde el kirchnerismo para conquistar a la juventud, ha sido importante, vale pensar que una gran parte de estos debe estar afectada o informada sobre los acontecimientos.

En consecuencia, es una responsabilidad por parte de los docentes abrir una discusión acerca de los medios de la misma manera que es un derecho de los estudiantes, apropiarse de dicho conocimiento. En un mundo donde la vastedad de información termina por desinformar, y en el que cada medio responde a intereses diferentes, resulta imprescindible, retomando el ejemplo del principio, que desde el último estudiante del Gaucho Rivero hasta el de la escuela Normal, puedan leer los medios teniendo en claro quién dice qué, cómo lo dice y por qué lo dice.

Así, cuando señalamos que es imprescindible tener una escuela que forme lectores, también hay que poner de relieve qué concepción tenemos de los estudiantes. En este sentido, no es verdad que los estudiantes no lean ni tengan opiniones, pero sí es verdad  que leen y se expresan de forma diferente a como se lo hacía antes. Y esto ocurre, porque nuevas formas de comunicación han aparecido. Entonces, se torna necesario escucharlos, relevar lo que les interesa, conocerlos por fuera de los estereotipos, y ofrecer las diferencias para que la discusión abra las puertas a los nuevos escenarios.